La calma percibida en gran parte de Ancash no llega a Chimbote. Si bien la región experimenta una disminución en la mayoría de los delitos, Ciudad costera enfrenta preocupante aumento de sicarios y extorsionesdejando en alerta a los vecinos y poniendo en duda la eficacia de las actuales medidas de seguridad. La Policía reconoce la gravedad y asegura que se intensifican los operativos, pero persiste la sensación de inseguridad.
El general PNP Ely Vargas Roca, jefe de la Región Policial Áncash, confirmó que los índices de criminalidad han mostrado una tendencia a la baja excepto en los casos de extorsiónprincipalmente en Chimbote, donde este delito ha migrado de conflictos patrimoniales a situaciones personales, profesionales y académicas. “Si antes la extorsión estaba ligada a la propiedad, hoy puede surgir por conflictos sentimentales o laborales”, explicó el funcionario, destacando la complejidad del fenómeno.
Para hechos sobre sicariosEl general Vargas explicó que la región ha registrado un incremento, especialmente en la zona costera, situación que requiere fortalecer los operativos nocturnos. “Yo personalmente participo en patrullajes de 12 a 3 de la madrugada en Chimbote para asegurar la vigilancia en las calles”, dijo. Estas medidas buscan frenar la migración de delincuentes desde otras regiones, tras el anuncio del gobierno de declarar estado de emergencia en Lima y Callao, lo que podría derivar en el traslado de delincuentes a Ancash.
En cuanto a la recuperación de armas y materiales ilícitos, Vargas mencionó que los operativos en Chimbote son constantes, incluyendo Incautaciones de armas de fuego, cartuchos de dinamita y motocicletas vinculados a delitos violentoslo que refleja los esfuerzos por contener el aumento de los sicarios y la extorsión. “Cada acción policial tiene como objetivo proteger a los ciudadanos, pero necesitamos apoyo institucional para fortalecer la infraestructura y el equipamiento”, añadió.
En este contexto, la percepción de seguridad en Chimbote sigue planteando un problema. Aunque el índice general de criminalidad está disminuyendo en la región, los ciudadanos creen que los delitos más violentos y complejos requieren de estrategias específicas y una coordinación constante entre la policía nacional, las autoridades locales y la comunidad, para que la ciudad recupere la tranquilidad perdida.
