Durante su homilía en la Catedral de Lima, el cardenal Carlos Castillo deploró el nuevo ataque a un autobús del transporte público en Chorrillos. “Por el simple hecho de trabajar, alguien se acerca y le dispara”, dijo el clérigo visiblemente consternado.
Los hechos ocurrieron el sábado por la noche. Un vehículo de la empresa Etusa fue baleado en el cruce de la avenida Los Pinos y la calle San Felipe. Los atacantes dispararon al menos cinco veces contra la unidad ubicada en la Línea 52, conocida como “T”.
Castillo mostró su solidaridad con los conductores del transporte público, víctimas frecuentes de extorsiones y amenazas. “Estamos llamados a un proceso de solidaridad”, declaró, llamando a la población a no permanecer indiferente ante la violencia que afecta a miles de trabajadores.
El cardenal también instó a la Iglesia y a la sociedad a construir espacios de fraternidad frente al odio y la indiferencia. “Sólo manteniéndonos unidos podremos contrarrestar toda la violencia y el desprecio que abundan hoy”, añadió.
El ataque se produce pocos días antes del paro nacional del transporte previsto para el 4 de noviembre, convocado en señal de rechazo a la creciente inseguridad de los ciudadanos.
En respuesta, el ministro del Interior, Vicente Tiburcio, anunció la creación de la División de Investigación de Extorsiones. La nueva unidad policial, encabezada por el coronel Víctor Revoredo, contará con agentes especializados e inteligencia operativa para enfrentar la delincuencia.
Según el ministro, las extorsiones aumentaron un 18% en todo el país, un 36% en Lima y un 33% en el Callao. “Haremos todo lo humanamente posible para detener esta ola de criminalidad”, afirmó Revoredo.
Mientras tanto, el sindicato del transporte exige una protección efectiva. Las agresiones, afirman, ya no son casos aislados, sino que son parte de la violencia que se ha vuelto cotidiana en las calles de Lima.
