La caída de una mafia que vendía licencias de conducir como caramelos revela un sofisticado fraude institucional, que operaba con la supuesta complicidad de malos funcionarios del gobierno regional de Lima para registrar licencias falsas en el sistema oficial.
Los investigados, detenidos en un megaoperativo en Huacho, Huaral y Trujillo, ofrecieron su servicio ilegal en redes sociales y cobraron entre 2.000 y 4.000 soles por haber entregado el documento sin que el “solicitante” hubiera pasado un examen médico, teórico o práctico.
Para simular los procedimientos, la banda utilizó moldes de silicona con las huellas dactilares de los clientes, que luego eran estampadas en los documentos por sus contactos dentro de la institución, método que evade cualquier verificación real.
Esta empresa, activa desde 2018 según las investigaciones, ha puesto en circulación un número indeterminado de conductores no capacitados, lo que representa un peligro latente en las vías y podría ser un factor clave en el alto índice de siniestralidad vial que afecta al país.
